Este libro analiza las diversas concepciones de la 'composición arquitectónica' que se formularon en los libros de teoría y se aplicaron en los proyectos y los edificios construidos durante los siglos XIX y XX. En arquitectura, 'componer' es proyectar un edificio según principios y reglas que algunos arquitectos han intentado enunciar principalmente a través de sus enseñanzas o de sus libros.
Así pues, el objetivo de este libro es doble. Se tratará de comprender, por una parte, las ‘lógicas inherentes’ a las maneras de proyectar un edificio; y por otra, unas nuevas categorías o unos nuevos conceptos arquitectónicos, en un intento de establecer su genealogía.
En la primera parte, ‘El orden cerrado’, se plantea la hipótesis de que la composición es anterior a los ‘estilos’, es decir, que una misma composición puede estar ‘vestida’ según diferentes ‘estilos’. La cuestión es de orden sintáctico antes que estar relacionada con el vocabulario.
Si la composición fue durante mucho tiempo regularidad, jerarquía y simetría, su capacidad se tornó más compleja y amplia cuandose introdujo la búsqueda del equilibrio y la compensación, y cuando la irregularidad se consideró legítima. Los problemas subsiguientes se examinan en la segunda parte del libro, ‘El orden abierto’, unos problemas que sin duda entran en resonancia, en el siglo XX, con las preocupaciones de los pintores.
El sintagma ‘no composición’ –que no necesariamente emplean los propios arquitectos– designa aquí implícitamente el intento de escapar de los modos compositivos; no designa unos principios positivos, a sabiendas de que escapar completamente de la composición es una tarea interminable, si no imposible.
El libro termina con un epílogo de Ana María Rigotti, Profesora Titular de Historia de la Arquitectura en la Universidad Nacional de Rosario.