Los psicoanalistas sabemos que la civilización, como el sujeto, padece malestares, insatisfacciones y obstáculos en su camino. La civilización enferma de sus verdades reprimidas y de su empuje pulsional. Por eso la civilización, como el sujeto, es interpretable. Una acción política orientada por el psicoanálisis va desde la clínica, de la que extrae sus fundamentos, a lo social.
Los textos recogidos en este libro son la aportación de un psicoanalista ciudadano a algunos de los debates actuales más importantes. Aquí encontrarán la razón por la que el sujeto, por su síntoma, es siempre políticamente incorrecto. Encontrarán los fundamentos para entender por qué el yo es el lugar de mayor desconocimiento de uno mismo, lo que hace imposible la pretensión de sujeto del discurso capitalista de autodesignarse a voluntad. Encontrarán también las razones por las que, desde que ser feliz es un deber, la depresión y la angustia se han convertido en una epidemia, y los síntomas más regresivos, relacionados con la impulsividad y las dependencias, han desplazado a los síntomas derivados de la interdicción paterna. E igualmente encontrarán un análisis sobre las mutaciones familiares, el modo de vivir el amor, las relaciones entre los sexos, así como una reflexión sobre la violencia sexual y el feminicidio, tomando apoyo en la enseñanza de Jacques Lacan.