La antropóloga médica Theresa MacPhail, que también es alérgica y cuyo padre murió a causa de una picadura de abeja, se propuso entender la razón de esta gran epidemia, y con ese objetivo se embarcó no solo en el estudio de los peligrosos experimentos de los primeros inmunólogos, sino también en el análisis de las alergias respiratorias estacionales y su vínculo con el cambio climático, la contaminación y el polen, y en la investigación del impactante desarrollo de los medicamentos biológicos y las inmunoterapias, que tantas esperanzas están dando a los pacientes más gravemente afectados.