La primera gran novela histórica de Mario Vargas Llosa: un libro fundamental de la narrativa en español del siglo XX
«Esta novela me hizo vivir una de las aventuras literarias más ricas y exaltantes».
Mario Vargas Llosa
«El hombre era alto y tan flaco que parecía siempre de perfil. Su piel era oscura, sus huesos prominentes y sus ojos ardían con fuego perpetuo».
A finales del siglo XIX, en las tierras paupérrimas del noreste de Brasil, el chispazo de las arengas del Consejero, personaje mesiánico y enigmático, prenderá la insurrección de los desheredados. En circunstancias extremas como aquéllas, la consecución de la dignidad vital sólo puede venir de la exaltación religiosa y del quebranto radical de las reglas que rigen el mundo de los poderosos. Así, grupos de miserables acuden a la llamada de la revolución de Canudos, la ciudad donde se asienta una comunidad de personajes que difícilmente desaparecerán de la imaginación del lector. Frente a todos ellos, una trama político-militar se articula para detener con toda su fuerza el movimiento que amenaza con expandirse.
Publicada originalmente en 1981, La guerra del fin del mundo es la primera gran novela histórica de Mario Vargas Llosa, un libro fundamental de la narrativa en español del siglo XX sobre el que el propio autor ha declarado: «Si yo tuviera que escoger una entre todas las novelas que he publicado, probablemente elegiría ésta, porque la considero el proyecto más ambicioso que me he planteado».
La crítica ha dicho:
«La escritura de Mario Vargas Llosa ha dado forma a nuestra imagen de Sudamérica y tiene su propio capítulo en la historia de la literatura contemporánea. En sus primeros años, fue un renovador de la novela, hoy, un poeta épico».
Per Wastberg, presidente del Comité Nobel
«Bienvenido sea [...] el gran recreador de la novela realista, queleemos con el mismo entusiasmo con el que otros leen los excesos imaginativos —bienvenidos también ellos— del realismo mágico».
J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia
«Sus libros contienen la más compleja, apasionada y persuasiva visión de la novela y del oficio de novelista de la que tengo noticia; también contienen el mejor estímulo que un novelista puede encontrar para escribir, un estímulo solo inferior al que contienen las propias novelas de Vargas Llosa».
Javier Cercas, El País