El verdadero periodismo es aquello que nadie quiere que se publique.
Una novela que bajo la apariencia de una comedia de costumbres, ofrece un thriller con poco o nada que envidiar a los mejores del mercado. A partir de la «excusa» de la investigación del asesinato de una joven sin familia, se hace una disección, tan irónica como implacable de nuestro mundo contemporáneo, en concreto de la alta sociedad, de las luchas de poder en los medios de comunicación y de las cloacas de la superficie.
En esos ecosistemas los egos y las dinámicas de control dan pie a situaciones que, a través de la prosa las autoras, provocarán risa, asombro, indignación, reflexión, y desde el primer párrafo, un entretenimiento indiscutible.
El elenco está encabezado por Socorro, una no tan joven reportera de sucesos, con tanto talento para el oficio como mala leche y que asiste en primera línea a la radical transformación del periodismo, su única religión, en algo que ya no se sabe lo que es.
Socorro es la hija de Antonia, empleada doméstica, por no decir mano derecha y la persona de más confianza de las hermanas Lequerica, Doña Pincho y Doña Pila, ya en la setentena, dueñas junto a su hermano del periódico donde trabaja Socorro, millonarias y figuras omnipresentes del panorama social desde los años sesenta. La muerta es Aldara, una joven que parece una víctima más del violador en serie que tiene aterrorizada a la costa entre Rota y Sotogrande.