Los niños necesitan sentirse seguros. Cuando aprenden a meditar, aprenden también que la seguridad está en su interior. Si enseñáramos a meditar a todos los niños, el mundo sería un lugar muy diferente. La práctica del «dulce viajar hacia dentro» a través de deliciosos cuentos ayudará a los niños a sentirse seguros y a conciliar el sueño sin temores.
En Luz de la tierra, los lectores, visitantes de un maravilloso mundo de fantasía, podrán viajar en un barco de vapor, calzarse unas botas que caminan solas y depositar sus deseos en las aguas de un pozo mágico.