Para los viajeros, las cosas gratuitas no solo son apetecibles sino también imprescindibles si se desea que los días como mochileros se alarguen lo más posible. Muchos episodios inolvidables de libertad y descubrimiento suelen ser económicos, y uno no tarda en darse cuenta de que lo barato puede ser muchísimo mejor y ninguna cena en Roma podrá compararse con el pan y el queso del pícnic en Villa Celimontana, cerca del Coliseo.Magníficos recuerdos, una intensasensación de felicidad y una cartera agradecida; después de hojear estas páginas quizá ya no se aspire de nuevo a los placeres de los viajes caros.