Tras ser abandonado por Margherita, su pareja de los 250;ltimos a241;os, Guido Guerrieri busca consuelo donde siempre: en el saco de boxeo, los paseos interminables por las calles de Bari y su 233;tica profesional. Es precisamente esta 250;ltima cualidad la que le ha hecho ganarse fama de abogado comprometido, capaz de dar la vuelta a casos que parec237;an dictados para sentencia y de enfrentarse a las fuerzas vivas del lugar a fin de demostrar la inocencia de un cliente. En Testigo involuntario se hizo cargo de la defensa de un inmigrante senegal233;s al que todos los indicios apuntaban como asesino de un ni241;o. En Con los ojos cerrados acept243; llevar la acusaci243;n de un juicio de violencia dom233;stica pese a las poderosas amistades del encausado. Y ahora, en Dudas razonables, deber237;a verse las caras con la mism237;sima Mafia para demostrar la inocencia de Fabio Paolicelli, quien ha sido detenido con cuarenta kilos de droga en el interior de su autom243;vil.
Pero el crimen organizado no es en esta ocasi243;n su principal enemigo. Una vieja causa pendiente con Paolicelli hace que el abogado se plantee el nivel de compromiso con que debe abordar el caso. Y enamorarse de Natsu, la mujer de su cliente, no le ayudar225; en absoluto. 191;Puede un hombre recuperar todo lo que ha perdido sacrificando en el empe241;o su propia integridad moral? Guido Guerrieri est225; dispuesto a averiguarlo...