Decía Frank Zappa que hablar de música es como bailar de arquitectura. Lo mismo puede decirse del videojuego y de la crítica que trata, a menudo sin una metodología clara, de explicar con palabras un artefacto que solo se puede llegar a comprender de forma empírica. Con Maestros del terror interactivo he intentado que esas palabras, al menos, suenen familiares a todo tipo de lectores: jugadores habituales aficionados y no aficionados al género, pero también estudiantes y estudiosos de la narrativa audiovisual y la retórica procedimental. El terror es una forma de expresión artística con siglos de sabiduría. Al videojuego le corresponde dar cuenta de las nuevas y divertidas formas de horror interactivo y de honrar a sus antepasados, los de prosa fértil y puesta en escena sobrecogedora. No obstante, esta obra no es una enciclopedia del survival horror ni una lista de los juegos más espeluznantes, sino un minucioso esfuerzo por comprender los resortes, las claves y los porqués del terror en el videojuego como medio de expresión, combinando el lenguaje teórico y la jerga ?gamer?, y confiando en que el resultado no se asemeje, desde luego, a un baile de arquitectura.