Ocho de los mejores dramaturgos de comienzos del siglo XX están representados en esta antología a través de sus piezas menores. Las propuestas más comerciales de Arniches o Muñoz Seca y la audacia experimental de Gómez de la Serna o "Azorín" comparten el escenario de este libro. En todos los casos se ha pretendido mostrar cómo la gran literatura, incluso la contenida en unas pocas páginas, a menudo obra el milagro de transformarse en vida para darnos lo mejor de sí misma: el humor desenfadado, el drama del paso del tiempo o la emoción que late en los gestos mínimos. Literatura, en fin, encaminada a satisfacer el deseo de quienes acostumbran a frecuentarla, pero también dispuesta a seducir a esos potenciales lectores que aún ignoran que lo son.