Elredo, en su misión de abad, impartió con abundancia una sana doctrina bíblica y litúrgica a sus monjes, sobre todo con motivo de las celebraciones de la liturgia. Sus sermones rezuman sencillez y delicadeza, y a la vez trasparentan un gran sentido sicológico, que capta los sentimientos del auditorio al que se dirige. Esta primera serie que ahora presentamos corresponde a la Colección llamada de Claraval, de la que ofrecemos una nueva versión.