La batalla de Berlín epitomiza la campaña en el frente oriental y, en ella, podemos encontrar casi cualquier tipo de las operaciones acorazadas que ocurrieron durante la Segunda Guerra Mundial, y aún hasta la actualidad. Con la caída de Berlín y la muerte de Hitler, la guerra en Europa tocaba a su fin.
Como Churchill había predicho, la Unión Soviética desplegó todo su potencial para establecer regímenes títeres en la Europa Oriental, intentando expandir el comunismo por el mundo y creando un statu quo que se mantendría hasta finales de los años ochenta del siglo XX.