La retórica es el arte de convencer. La experiencia muestra que el mero dominio de esta técnica puede llegar a ser perjudicial para el hablante pues corre el peligro de parecer sospechoso de manipulación. La retórica es una paradoja: cuanto más se domina, más se vuelve contra nosotros. ¿Es verdad? Desde el punto de vista técnico sí; pero afortunadamente, la retórica es más profunda: para convencer a alguien hay que saber primero conectar con él, no solamente con su intelecto, sino también -y fundamentalmente- con sus emociones, que van a reforzar su libre decisión. Pero como el receptor tiene su sensibilidad y no se deja engañar tan fácilmente, es fundamental que el emisor examine sus intenciones comunicativas: cuanto más sinceras y respetuosas sean, más confianza creará y, en consecuencia, más eficaz será la comunicación. En el presente libro se estudia una retórica de los valores con un fundamento ecológico, basado en la responsabilidad y la solidaridad, donde ocupa un lugar central la reflexión sobre la calidad humana del orador, pues solo una persona convincente sabrá convencer con eficacia.