La evolución histórica del Mediterráneo enunciada por Henri Pirenne aún conforma una parte de la historiografía. La progresiva desmembración del imperio de Roma y, sobre todo, las crisis del imperio Bizantino facilitaron la rápida expansión del Islam y, con ello, la progresiva conversión del Mare Nostrum en un mar casi totalmente islámico. Ante esta perspectiva, el cristianismo giró su horizonte marítimo hacia las costas de los mares del norte peninsular y europeo. Uno de los propósitos de las soberanías europeas se cifró en la recuperación de las costas mediterráneas y de Tierra Santa. Sin embargo, cuando los reinos cristianos desembarcaron en el norte de África, sucumbió para siempre Bizancio. La dinámica de fuerzas sustituyó, paulatinamente, las coordenadas norte-sur por las de oeste-este. \nNo obstante, los conflictos en el Mediterráneo, desde al-Andalus a Palestina, fueron tan reiterados como las experiencias de convivencia e intercambio culturales. En los trabajos que aglutina este libro se refieren circunstancias y contextos de relación entre grupos sociales, étnicos o culturales diferentes, que no siempre acarrearon la presunción de amenazas. El Mediterráneo fue escenario de sucesivas estrategias de expansión comercial, política militar y cultural y ello lo convierte en un paisaje referencial de encuentros, intercambios, relaciones y cauces de convivencia entre ámbitos culturales dispares.\n