Esta reflexión intenta abrir un diálogo, siempre necesario y nunca concluido, entre el crecimiento y la madurez personal y las aportaciones que para ese crecimiento hace el cristianismo. Para ello, profundizar sobre el sentido de la vida es el elemento clave y fundamental. Y, a fin de que este diálogo sea fructífero, se tratará de evitar reducir la relación entre la madurez y el sentido de la vida y el cristianismo a una serie de consideraciones más o menos piadosas. Por eso se recoge y se presenta de forma sistemática las principales aportaciones que han efectuado la psicología, la psicología de la religión y la psicología pastoral sobre estos temas: a lo largo de estas páginas irán apareciendo distintos autores y escuelas psicológicas en un intento de síntesis y de sano eclecticismo, con el fin de que el lector pueda alcanzar una visión global de las principales aportaciones de la psicología en relación con este tema.
Pero esta obra no pretende ser exclusivamente teórica, sino que su interés es profundamente práctico, porque intenta responder a dos o tres necesidades e intereses que se pueden dar entre los lectores. así, se abordan cuestiones de fondo, como la pregunta sobre si la fe es fuente de alineación o de crecimiento y madurez personal; se intenta responder a cuestiones pastorales, como el estudio de los distintos momentos de la vida, para poder actuar adecuadamente en los procesos educativos y de acompañamiento, enfrentando al lector ante su misma necesidad de crecimiento personal.
Pero este libro pretende sobre todo, más que una aportación puramente teórica, incidir en el campo de la acción práctica. En concreto, en el crecimiento personal y en la tarea del acompañamiento pastoral. El crecimiento personal hoy en día es una de las preocupaciones importantes para las personas que quieren tomarse en serio su existencia, y es también una preocupación referida a los otros, hacia los cuales nos sentimos de alguna manera responsables: a los niños y a su proceso educativo; a los adolescente y jóvenes, que se encuentran enfrentados a la tarea de proyectar una forma de vida, un proyecto personal, y a llevarlo a cabo; a los adultos, que deben afrontar no pocas dificultades de la vida y discernir entre determinadas opciones y valores... Y pretende también ser útil en el trabajo pastoral, que afronta la delicada tarea de acompañar a hombres y mujeres en la búsqueda de Dios y en el discernimiento de su voluntad, tanto para ellos mismos como para la promoción de un mundo configurado conforme a su voluntad.