Sí, un tema muy complejo y sobre el que quizá hemos hablado, escuchado, leído, pero más raramente hemos tenido oportunidad de escuchar a quien ha cometido el atroz delito de abusar sexualmente de un menor.
Estas páginas son una oportunidad de acercarnos a la complejidad del problema escuchando a una víctima, pero también a los victimarios. Hemos conversado con ellos en la cárcel y, por el camino, hemos encontrado más víctimas: la familia de la persona abusada, la familia del abusador... Podría pensarse que es la otra cara, pero, en realidad, el fenómeno es tan complejo que hay muchos rostros del sufrimiento. Obviamente, no se trata de justificar el delito, y mucho menos de dejarlo impune. No. Ni hablar. El objetivo es más sencillo: escuchar. Esto ya es mucho. Quien se dispone a la escucha -en este caso de varios pederastas-, es posible que aprenda algo. Nosotros hemos aprendido y creemos que podemos contribuir a tomar más conciencia del mal y a arbitrar dinamismos de prevención y asistencia a todos los implicados. Humanizar se traducirá en evitar y aliviar mucho sufrimiento evitable.