¿Es hora de que el cristianismo pase ya al baúl de los recuerdos? Esta es la pregunta que abre estas páginas. Y lo que se nos ofrece es una invitación posmoderna a creer en el mensaje y, sobre todo, la persona de Jesús, que sigue conservando plena vigencia. El libro pretende servir de ayuda fraternal y solidaria, una compañía amigable en el necesario diálogo que cada uno debe mantener consigo mismo, diálogo que puede resultar decisivo y sanador. ¿Y si resulta, a la postre, que dar una respuesta atinada al asunto de la relevancia de la fe cristiana libera personalmente y abre perspectivas hasta ahora no sospechadas de felicidad y de realización humana? El cristiano puede sentirse confiado y rechazar vivir con miedo porque siente -tiene derecho a sentir- que, pase lo que pase, por encima de todo, Dios, su Padre, le acompaña y cuida de él. A los ojos de Dios, él «vale más que todos los gorriones juntos» (Mt 10,31).
