La vida es reconocida actualmente como un valor universal, al menos en los principios. En nuestras culturas y sociedades crece una sensibilidad y actitud de respeto ante la vida. Son firmemente condenados la violación y los atropellos de los derechos humanos. Pero el ser humano actual, a pesar de las huecas proclamaciones, no ha alcanzado aún el pleno reconocimiento del valor de la vida humana. El sentido de estas páginas es proponer con sencillez franciscana cómo el valor de la vida, el respeto a la vida, es un valor fundamental en san Francisco de Asís y toda la vida franciscana que de él dimana. San Francisco de Asís, en su ideal y en su vida, es claridad. El Dios de la vida marca el camino franciscano. Para Francisco, todo transpira amor, cordialidad, sencillez. Vive el sentido hondo y universal de la fraternidad. El lenguaje seráfico es comprensible para todas las personas y válido en todos los tiempos.