El problema ambiental no es solo científico, técnico y político, sino también cultural, ético y religioso, ya que en el trasfondo de la crisis ecológica está la cuestión de la justicia, de la igualdad de los derechos humanos y del respeto por el mundo natural. Dado que la ciencia no prescribe lo que es bueno ni le compete fijar criterios de valor, hay que recurrir a la decisión ética, a la creación de una nueva mentalidad y al influjo de la religión para ofrecer una conciencia a las ciencias con el fin de que estas se orienten hacia el bien común. En este campo, la voz de Francisco de Asís tiene mucho que decir, y no son pocos los que la desean escuchar para poder caminar más humanamente en esta casa común llamada planeta Tierra y sus relaciones con el universo entero.