Los personajes de estos relatos han apurado su vida hasta el final, y se sienten sin fuerzas para continuar. Ángel Fernández Fermoselle nos habla con maestría del sinsentido de sus vidas, pero también de la extraña dulzura que tantas veces nace de la derrota. Como esas flores que crecen al borde de los abismos y los acantilados, su libro nos enfrenta a ese misterio que surge inesperadamente cuando ya no hay esperanzas?
Gustavo Martín Garzo
Premio Nacional de Literatura (1994) y Premio Nadal (1999)
Trece personajes que respiran el mismo aliento y que nos muestran la intensidad con que se viven los últimos segundos de otras tantas vidas. Una suicida en el momento de la decisión final, un hombre que recibe inesperadamente un diagnóstico irreversible, amores que concluyen, aunque no del todo, un anciano que se encuentra con la muerte instantes después de despedir en el tanatorio a su amante?
Por encima de la amargura que retratan, estos cuentos emiten una poderosa llamada a la vitalidad, que resume así uno de sus personajes: «Lo único que lamento es que no viví cada segundo como si fuera el último».
?Algunos cuentos son simplemente geniales y, como toda obra seria, en lecturas sucesivas se van revelando nuevas sorpresas, significados y retos?
Eugenio Suárez-Galbán Guerra
Premio Sésamo de Literatura (1982)