Con Cocaína, Julián Herbert se descubrió como un narrador que vino para quedarse. Forman el libro relatos tensos y afilados, en los que puede aparecer citado desde Sherlock Holmes hasta Lou Reed. Epopeyas sin héroes que dan cuenta, con humor y furia, del lado áspero de la vida. Una obra que sacude, que deja un poso quizá aún más duro que la misma realidad