La terapia narrativa implica a toda la familia y especialmente a los niños, pues respeta su lenguaje singular, sus recursos para la resolución de problemas y su concepción del mundo. Cuando los adultos hablan con seriedad y centrándose en el análisis de los problemas es probable que los niños pierdan interés. Los autores de este libro se preguntan: ¿es posible jugar y conservar el sentido del humor mientras se abordan con eficacia situaciones angustiosas, alarmantes o peligrosas? ¿Cómo podemos invitar a los niños y a sus familias a aportar sus recursos imaginativos y creativos para llegar a comprender la complejidad sociocultural de los problemas?
Los ejemplos de casos reales llenan el libro desde las primeras páginas. Y así, el lector puede llegar a descubrir que niños a los que se podría catalogar de beligerantes, hiperactivos, ansiosos o fuera de la realidad son capaces de reprimir su mal genio, controlar su frustración, afrontar sus miedos y emplear al máximo su imaginación. De este modo, la terapia narrativa --una terapia realista, alentadora, pragmática y divertida-- anima a los niños y a sus familias a utilizar recursos hasta ahora menospreciados para solucionar los problemas con que deben enfrentarse. Gracias a este libro, terapeutas, padres, profesores y cualquier persona que se dedique a trabajar con niños podrán descubrir nuevas formas de mejorar sus ideas de las maneras más inesperadas, pero también más esclarecedoras.