La vida suspendida aborda el territorio prácticamente inexplorado de la no-paternidad. Eduardo Laporte narra su experiencia íntima de un duelo no convencional, combinando destellos de ironía con un tono confesional, a veces amargo, con los que se dirige a una presencia ausente.
Entre recuerdos, reflexiones y encuentros con personas que le acompañaron en un momento vital clave, esta obra ofrece un retrato honesto y valiente de la vulnerabilidad. Sin caer en sentimentalismos, Laporte se abre paso en sus propias preguntas, donde la escritura deviene en un homenaje a lo que nunca fue y, sin embargo, persiste.