Felí ha vuelto a casa. En los quince años que ha pasado lejos no ha dejado de escribir a sus compañeras hadas que se habían quedado en casa, describiéndoles el pueblo y a las niñas, y narrándoles todas las increíbles aventuras que vivía con ellas y sus fantásticos amigos. Hasta tal punto que, ahora, las hadas quieren saber más, desean que les cuente más, ¡incluso que no pare nunca! Piden más historias, nuevas anécdotas, saberlo todo del pueblo del Roble Encantado y sus habitantes. Felí acepta de buen grado y promete cuatro nuevos relatos, que le permitirán seguir en compañía de sus recuerdos y revivir aquellos preciosos días.