Valery estaba fuera de su hábitat, completamente desubicada y ajena a lo que era su verdadera misión. La Orden la había acogido, pero su despertar iba a ser tan inmediato como sorprendente. Y cuando por fin reconociera su verdadera identidad, no dudaría en retomar su objetivo.Un objetivo que tenía que ver con esa Orden de vampiros más de lo que ella se imaginaba, y que la pondría cara a cara con el más insolente, disruptivo y desobediente de todos.Gregos no había tenido una vida mortal sencilla, y su inmortalidad tampoco venía precedida de grandes alegrías. Había aprendido a vivir su naturaleza y a aceptarla lo mejor que pudo. Pero sabía lo que era, y conocía muy bien cuál era su oscuridad. Por eso no entendía que alguien pudiera llamarle la atención de ese modo como Valery se la había llamado desde el principio. Sin embargo, iba a ser lo suficientemente egoísta como para comprobar de primera mano si esa mujer estaba hecha para su particular Infierno.Los más oscuros irán a por la luz que nunca creyeron merecer.Pero todo dependerá de cómo se complementen