El Dzogchen es un eficaz vehículo tibetano hacia la iluminación. Su enorme importancia reside en su capacidad para desvelar la verdadera naturaleza de cada ser individual: el estado primordial, libre de karma y de los condicionamientos del dualismo. Para el Dzogchen, la iluminación no es una condición superior que el ser humano pueda alcanzar a través de fatigosas meditaciones o actos virtuosos; consiste, más bien, en la comprensión de la dimensión natural del estado de autoperfección, que se revela gracias al puro reconocimiento del ser. Practicar Dzogchen significa mantener la presencia de nuestra verdadera condición tal como es, favoreciendo la realización de una auténtica libertad, que presagia una nueva era de bienestar y felicidad para la humanidad.