—No olvide que también hay un elemento erótico implicado. Vestido con ropa raída, este joven, perdido en la masa, no hubiera sabido atraer las miradas femeninas. Dadle, en cambio, un uniforme, hacedlo marchar a paso marcial al son de las flautas y los tambores, y le veréis inflar el pecho y su mirada tornarse más orgullosa al encontrar a esas jóvenes. Por desgracia, el prestigio del uniforme no son palabras vacías.