Tras la muerte de su querido perro Taïaut, el filósofo Jean Grenier consagró al animal que durante años conviviera con él este visionario y bellísimo tratado de corte intimista y caprichoso, «entrecortado y jadeante como los latidos del corazón», con el propósito de «brindar una segunda vida» a aquel ser concreto, con su peculiar carácter, su irreductible libertad y su compañerismo. Escribirlo era una forma de superar el duelo; pero, también, una oportunidad para pensarnos más allá del humanismo. Con un comedido estilo aforístico impregnado de poesía, los noventa textos breves que componen esta hermosísima elegía constituyen una sentida cavilación sobre el dolor de la muerte, la alegría de estar vivos, la gratuidad del amor y la belleza compleja de la naturaleza (esos pocos temas atemporales) desde un sentido más amplio: la familiaridad entre nosotros, los animales.
«Un bellísimo manojo de escritos con el fin de proporcionar al animal una segunda vida.» Use Lahoz, RNE
«En un mundo que parece haber olvidado, en nombre de un presentismo infantil, ese carácter mortal de nuestra especie, nuestros amigos los perros y libros como este de Jean Grenier existen para recordarnos lo que somos. Y para hacernos un poco más sabios y mucho más felices.» Manuel Pastor, Mundo Crítico
«Auténticos poemas en prosa muchas de estas composiciones (…), cargados a veces de ternura y nostalgia, constituyen un hermoso homenaje al perro junto al que se vivieron tantas horas de estudio, viajes, visitas…» Manuel Pecellín, Hoy