El alma de Galicia es de agua, tan grande, tan bien alimentada, que escapa rauda y da forma a regueros, torrentes, arroyos, regatas y ríos. Cuando llora el cielo, los ríos bailan, plenos a rebosar de fuerza y vida. Y eso ocurre con frecuencia por estas tierras. No es de extrañar, por tanto, que los ríos reivindiquen un protagonismo diferenciado en la geografía gallega, y hayan mantenido con el ser humano una relación estrecha, como precursores de bienes y sustento de la economía. En esta guía, el autor nos propone 36 rutas para conocer mejor este patrimonio natural. La idea es caminar, disfrutar y dejarse imbuir por la magia de estos entornos acuáticos, sí, pero también aprender. Por ello nos dará cuenta de historias y leyendas, de costumbres y pueblos que se asoman a las orillas en busca de amparo. No sería una guía completa si no hablara de los abundantes molinos que jalonaron sus orillas; sabremos de su funcionamiento, de su función social y económica, y podremos visitar aquellos que han sido amorosamente restaurados para recuperar su esencia y presencia.