Dentro de esos apartados del “debe” que aún mantenemos en nuestra historieta uno de los más relevantes es el de la reivindicación de las autoras, de las pioneras que abrieron brecha a las cada vez más numerosas creadoras que hoy en día realizan su labor en el campo del cómic. Un déficit más paradójico, si cabe, si tenemos en cuenta que esa misma irrupción de la voz de la mujer constituye el elemento más relevante en las últimas décadas en dicho campo. […] Probablemente el revolucionario y vanguardista trabajo de Nuria Pompeia marca el punto de inflexión a partir del cual nuestras autoras pueden comenzar a tener una voz propia, un discurso propio, más allá de los modelos y modos masculinos. A su estela, y en confluencia con el movimiento que se dio en llamar “comic de autor”, surgieron una serie de creadoras como Marika, Montse Clavé, Isa Feu o Mariel Soria, que pusieron en marcha la construcción de la subjetividad femenina en el mundo de nuestras viñetas. […] Decía al principio que la aparición de este libro es una gran noticia, y lo es sobre todo porque supone una suerte de plasmación en papel de un hecho especialmente afortunado: la inmensa fortuna que tenemos –en este campo de las viñetas que tanto queremos– de contar con la presencia activa –ya sea de una manera u otra– de Marika. De hecho, no estoy seguro de que de verdad seamos conscientes del todo de la suerte que tenemos.»