En el apogeo de su éxito, las luminarias de Hollywood eran la realeza del nuevo mundo. Aparentemente lo tenían todo: atractivo, fama, poder, riqueza y oportunidades i li mitad as. Pero el estrella to es frágil. Juan Tejero, autor de títulos fundamentales como ‘¡este rodaje es la guerra. ’, centra en esta ocasión su incisiva mirada y su talento investigador en una serie de estrellas que pagaron un alto precio por probar el dulce sabor del éxito. Su tragedia fue que se alimentaron de la Fama y ter minaron sufriendo por ella. En ocasiones era su propia na turaleza autodestructiva la que causaba el colapso, a menudo por culpa del al cohol y las drogas. Algunos dejaron este mundo en vueltos en un resplandor brillante, en la cumbre de su carrera, otros vivieron un do lo Roso anonimato antes de morir solos y desgraciados. Pero todas probaron el fracaso y el rechazo después del éxito, no antes, lo cual hizo que su destino fuera todavía más difícil de asumir. «Querido mundo, me voy porque me aburro», rezaba la nota de suicidio de George Sanders. El mito de Jean harlow está revestido de morbo, tragedia y escandalosa. Greta Garbo vivir sola, apartada, tanto en sus años de esplendor como ya retirada. Jean seberg se labró una reputación merecida por su conducta autodestructiva. River Phoenix presumía de puro y sano y murió de sobredosis.