A partir de 1980, Luis Alberto de Cuenca se alió con Javier Gurruchaga y su Orquesta Mondragón en una colaboración fructífera, que se extendió hasta 1990 durante seis discos míticos de la banda. Son canciones por las que aparecen caperucitas lúbricas, sirenas gordas, piratas lascivos y monstruos tiernos, con alusiones a la novela negra, la cultura pop, los cuentos clásicos, Drácula y Tarzán… Tampoco es ajena a ellas la crítica social y el mundo intimista y romántico. Esas treinta y ocho canciones han sido recopiladas ahora por primera vez por el filólogo Carlos Iglesias Díez, junto a la letra escrita exprexamente para el elepé Balmoral de Loquillo, aparecido en 2008.