«Hablamos de Antonio Cabrera, un poeta consciente de la función de la poesía y sus capacidades más allá de las clasificaciones espurias. Y no habrá que remitirse a Lucrecio para desmentir esa sospecha; ni a Juan Ramón, Octavio Paz o Valente. Consciente de que, como decía Heidegger, «la esencia poética del pensar guarda el reino de la verdad del ser», toda la obra de Cabrera es una hermosísima y lograda expresión de esa idea. Expresada, además, con las dosis de claridad y de sombra precisas; abstracto, pero no hermético. Todo lo contrario: pura claridad.»
FERNANDO DELGADO