Partiendo de una perspectiva puramente metafísica, de la intelección de los principios y los arquetipos, Frithjof Schuon establece con convincente autoridad las dimensiones esenciales de la condición humana: «Conocer, querer, amar: ésta es toda la naturaleza del hombre y, por consiguiente, toda su vocación y todo su deber».
En este libro, que se sitúa conscientemente en una perspectiva de esencialidad, es decir, teniendo presentes los principios, los arquetipos y las razones de ser, Frithjof Schuon despliega una serie de admirables ensayos en torno de lo que son las dos raíces de nuestra realidad humana: el Ser y la Consciencia, a la que se añade la Beatitud, contenido último de la Consciencia y del Ser. La inteligencia, la subjetividad, el hombre ante el Sumo Bien, el discernimiento, el Amor y la Belleza, la Virtud y la Vía, junto con otras cuestiones de carácter filosófico y metafísico, como el espacio-tiempo, las pruebas de Dios, el Velo (Mâyâ) de Isis (Atmâ) en relación con el pensamiento racional y sus límites, el racionalismo y la intelección, además de sendos capítulos que resumen la esencia del Mensaje crístico y del Mensaje islámico, son algunos de los temas tratados por el autor con su habitual profundidad y maestría. Raíces de la condición humana arroja una clara luz sobre la naturaleza del hombre y su situación, sus capacidades y su vocación: «El ser humano es substancialmente capaz de conocer, querer y amar el Sumo Bien».