En pleno apogeo de la Carrera del Té y las regatas transoceánicas de clíperes que iban a buscarlo al corazón de la China, el crucero de Su Majestad Cordelia recibe órdenes secretas para interceptar, y en su caso destruir, los veleros de la regata de ese año, pues se tiene la seguridad de que al menos uno de ellos transporta a la metrópoli mercancía envenenada, aunque no se sabe cual. Así, declarados todos culpables sin poder demostrar su inocencia, (igual que las naciones coloniales habían declarado China inferior y sumisa para poder tiranizarla) tendrán que verificar su culpabilidad, tener la certeza de lo inocuo de su cargamento o enfrentarse a la destrucción. Esta Regata del Té, por tanto, será una regata diferente, con la muerte literalmente en los talones y a lo largo de ella, y de sus 15.000 millas de recorrido, los capitanes, oficiales, marineros y pasajeros de estos barcos increíbles tendrán que hacer lo imposible por escapar de un cruel destino.