Esta novela es un juego. Un videojuego más bien. Sí, un videojuego de verdad, con sus reglas y sus jugadores, sus niveles y sus fases, sus extras y sus sorpresas. Aquellos que aborrezcan jugar deben alejarse inmediatamente de ella. Esta novela es también una burla. Aquellos que detesten las bromas, que la arrojen al fuego sin contemplaciones. Para jugarla hay que tener algo de extraterrestre y algo de poeta, algo de hombre y algo de mujer, algo de vivo y algo de muerto. El protagonista eres tú, un alienígena que viene a exterminar a la Humanidad. Antes, sin embargo, de ejecutarnos, debes oír qué alegamos en nuestra defensa. Esto es Videojugarse la vida. Si no quieres ver en ridículo a tipos muy prestigiosos y aplaudidos ni verte obligado a decidir sobre la suerte de tu vecino o tu mejor amiga, no leas este juego, o mejor dicho, no juegues a esta novela.