“Residuo inhumano y repugnante de épocas medievales, la tauromaquia no tiene cabida en una sociedad moderna”. Eso dice el Comité Radicalmente Anti Corrida, o CRAC. Dicho de otro modo: El aniquilamiento del Otro, es la victoria moral del Mismo sobre la diversidad. Inspirada en el platonismo, esa máxima llama a la normalización moral del mundo. Dedicados a la inquietante tarea de hacerla realidad en contra de la tauromaquia, los responsables del CRAC creían poseer el arma definitiva al conseguir que, al final de su vida, el gran filósofo galo, Jacques Derrida, aceptara la presidencia de honor de su organización. O sea: la filosofía, a su más alto nivel, puesta al servicio de la cruzada antitaurina. Este libro se adentra a fondo en los argumentos filosóficos, sociológicos, antropológicos, históricos, éticos y jurídicos esgrimidos, y los desmonta para poner de manifiesto —sin alardes pasionales ni histrionismos—, las debilidades, las incoherencias y las contradicciones inherentes a lo que se ha convertido ya en parte del movimiento global a favor de una sociedad prohibicionista.