Cada vez son más los hombres que desean involucrarse en la educación de sus hijos con el mismo nivel de compromiso que la madre. Y lo consiguen. Paradójicamente, en caso de conflicto conyugal, la justicia suele marginar al padre, privando a los menores de una figura esencial para su maduración intelectual, afectiva y social. La evidencia científica es clarísima en ese sentido, y todos los estudios demuestran el beneficio para los hijos de una continua presencia e implicación paternas, tanto en el seno de una familia estable como en caso de separación o divorcio. Jorge Alcalde aporta a todas estas cuestiones la doble visión del rigor científico y de su propia experiencia personal.