"Yo fui esquizofrénica, o tuve psicosis, o paranoia o no sé qué, porque los psiquiatras nunca se ponen de acuerdo en la terminología, te adjudican etiquetas para poder funcionar, para poder tratarte y consultar en los manuales, pero en esas etiquetas caben muchos casos muy distintos. Hubo una época en la que esta cuestión me preocupaba. Luego ya dejó de hacerlo, cuando empecé a sentirme mejor, pero quería saber quién era yo, por qué me había pasado aquello, qué había hecho yo para merecerlo, qué habían hecho mis padres, mis ex jefes, mis ex colegas, mis amigos... Buscaba explicaciones externas a mí, en lugar de preguntarme qué había puesto yo en ello. Al final deduje que sí, que hubo condicionamientos externos, pero que la responsabilidad última era mía".
Lo que aquí se relata les ha pasado a muchos, y aunque estadísticamente sean pocos, no por ello es menos relevante.También es algo que puede sucederle a cualquiera el día de mañana: nadie está libre de una patología o desequilibrio de este tipo. Desde la perspectiva que da la recuperación, éste quisiera ser un testimonio que ayude a entender qué sucede con estos enfermos y que dé esperanza a las familias y personas que viven esta enfermedad con angustia, y al mismo tiempo una llamada a la sociedad en general para una mejor comprensión y una mayor sensibilidad social hacia ellos.