En 1519, Hernán Cortés llegó a las costas de México con una variopinta tripulación de aventureros y la intención de extender el imperio español. En su viaje, el audaz y rebelde conquistador trató de convertir al catolicismo a la población nativa y reunir una fortuna en oro. Que los dos objetivos nunca le parecieran contradictorios es una de las cosas más notables, y trágicas, de la inolvidable historia de su conquista.
En Tenochtitlán, la famosa Ciudad de los Sueños, Cortés conoció a su rival azteca Moctezuma: rey, dios, gobernante de 15 millones de personas y comandante del ejército más poderoso de las Américas. Sin embargo, en menos de dos años Hernán Cortés derrotó a toda la nación azteca en una de las campañas militares más asombrosas de la historia. Enfrentado a enemigos muy superiores en número, consiguió superar todos los obstáculos.
Conquistador es la historia del colapso de un imperio, de una civilización compleja y sofisticada en la que jardines flotantes, inmensas riquezas y pasión por el arte convivían con templos sangrientos y horribles sacrificios humanos. Levy explica apasionadamente la combinación de inteligencia, valor, brutalidad y superstición que permitió a Hernán Cortés vencer a Moctezuma: el orgulloso, espiritual y enigmático líder condenado a no entender al extranjero que tomó por un dios.
Épica y entretenida, esta historia de los últimos días del imperio azteca y de los dos hombres que protagonizaron uno de los momentos estelares de la historia universal se lee como una novela de aventuras.