Diez años después de la muerte del pintor Doménicos Teotocópulos,
su hijo Jorge Manuel es detenido y encerrado en la iglesia del Hospital
Tavera de Toledo. Allí, incapaz de acabar el gran encargo de cuadros y
retablos hecho a su padre, evoca la vida y la figura del Greco. Recuerda
los años del pintor pasados en su Creta natal, durante el dominio
veneciano, los años de aprendizaje pictórico en Venecia, su estancia
en Roma y su expulsión del palacio Farnese y, finalmente, su vida en
la España de la Santa Inquisición, donde el Greco deberá enfrentarse
al Gran Inquisidor, el hombre que intentará demostrar que su obra es
herética y condenarlo a la hoguera... A lo largo de la novela asistimos
a los momentos más importantes de la vida del gran pintor griego, al
tiempo que presenciamos sus reflexiones y búsquedas artísticas y el
conflicto inevitable con la Iglesia Católica debido a su carácter indómito.