La misteriosa muerte del joven Daniel O’Donovan, el 10 de septiembre de 1895, conmociona a la pequeña ciudad universitaria de Fairfax. Habiendo dado por resuelto el caso antes siquiera de abrir una investigación, la aparición de un manuscrito del difunto, fechado pocos días antes de su desaparición, así como el testimonio de su familia y de aquellos que lo acompañaron durante sus últimos días, serán la clave para comprender la peculiar enfermedad del alma que habría de predestinar al tímido e inocente Daniel a su inevitable final.