Peter es un suicida en potencia que, por razones que su nuevo amigo Esteban tardará cierto tiempo en adivinar, no puede aún llevar a cabo su cometido. Mientras tanto Peter no tiene más remedio que transformar su existencia en una búsqueda diaria de excusas para no quitarse la vida, en la que el alcohol, el sexo y las drogas son tan sólo unos de los tantos lenitivos destinados a sobrellevar la cuenta atrás. Un día los dos deciden emprender un viaje por India y Nepal, el cual se verá bruscamente truncado y marcará la abrupta separación de ambos amigos. A partir de entonces Esteban deberá conformarse con la presencia de Raquel, hermosa y apasionada mujer con graves defectos ideológicos, y Montse, elegante perra hiperactiva, para paliar la soledad, eufemismo tras el que se esconde el más puro y simple aburrimiento.