Rogelio Guedea vuelve a demostrar en "Cruce de vías" su maestría en el microrrelato, «un espacio en el que las fronteras de la expresión se disuelven, donde pongo en juego todos los recursos estilísticos habidos y por haber», según explica este mexicano, uno de los autores más sólidos de la literatura hispanoamericana actual. Como en sus anteriores títulos de este género, Guedea trata con estas páginas de ofrecer al lector una «metafísica de lo cotidiano», mostrando vertientes de la realidad más inmediata que nos pasan desapercibidas. En palabras del autor, «es el detalle de la mirada, el margen de las cosas, la orilla de los acontecimientos, donde muchas veces la maravilla es una constante, lo que sostiene a toda mi narrativa ultracorta».