Una historia de disuasiones, estrategias oblicuas, cambios de rumbo y de identidades encuentra cabida en La costa ciega. En pleno invierno, en una ruta que lleva a las playas uruguayas, Arturo Balz recoge a una solitaria muchacha que se hace llamar Camboya. Ambos ignoran que arrastran los mismos secretos dejados por la dictadura militar argentina, hasta que una sorprendente duda cambia para siempre sus destinos. La costa ciega muestra que el mundo se mueve por malentendidos y que la vida teje sus historias con finos silencios. Nos revela un mundo compacto, cerrado, autónomo, en el que muchas cosas se cuentan con una precisión admirable. Y en la que reconocemos, como en todos los grandes libros, la participación secreta de un severo, sereno genio: el autor. «Una historia conmovedora servida por una prosa deslumbrante. Un testimonio desgarrador, bellísimo e implacable, del paso del tiempo y sus agravios en los afanes y los sueños de las víctimas de la dictadura argentina.» Juan Marsé