En el transcurso del rodaje de una película de porno duro, dos de sus actores masculinos rompen una de las reglas más importantes y básicas de la pornografía: nunca introducir en una escena heterosexual un acto homosexual entre hombres. Tiptop y Casco han infringido esa norma y ahora temen el castigo de la compañía para la que trabajan, Desirevolution, muy estricta con la normativa interna.
A raíz de esta grave infracción, estalla una serie de situaciones descabelladas y desconcertantes que convierten Cocka Hola Company en una crítica feroz y divertida de la sociedad del bienestar y los valores que la sustentan.
Aprovechándose de la inherente hipocresía y de la doble moral de la mayor parte de la población, los dueños de Desirevolution y su grupo de inadaptados sociales quieren llevar a cabo una conjunto de hilarantes y reveladoras "acciones filosóficas" en contra de las normas de las clases medias (acciones subvencionadas por su boyante industria pornográfica clandestina) con unos lemas tan incisivos como ciertos:
La vida no tiene sentido y es dolorosa.
El hombre es un animal egoísta.
Toda autoridad se fundamenta sobre falsas premisas.
La única estrategia honesta para afrontar la vida es el principio del placer.