La tumultuosa vida de Filippo Lippi, famoso monje y pintor del Quattrocento, conocido en la época tanto por la maestría en su profesión como por su atractivo para las mujeres. En 1456, Lucrezia Buti ingresa en el convento de Santa Margherita, en Prato, como novicia tras la muerte de su padre. Allí conoce al pintor y se convierte en su fuente de inspiración para retratar a las madonnas de sus cuadros, surgiendo entre los dos un amor más fuerte que toda la tradición que se les opone.