Una de las secciones de más éxito de la revista satírica Punch fue «The Snobs of England by one of Themselves», en la que, número tras número, William Makepeace Thackeray retrataba a un personaje de la clase media inglesa, anónimo o conocido, con una despiadada ironía que no dejaba títere con cabeza. En 1848 estos artículos se reunieron en El libro de los snobs y supuso el inicio de una brillante carrera literaria que sirvió como base a la famosa novela La feria de las vanidades. «La moralidad imperante en el espíritu de Thackeray –y de todos los novelistas victorianos– tiene dos vertientes: una, quizá la que menos fuerza conserve para el lector de hoy, es el deseo de cambiar o reformar exponiendo a la luz pública los detalles del snobismo, metáfora que Thackeray utiliza para revelar los males que aquejan a la burguesía. Otra vertiente, más compleja e interesante, aunque menos aparente o inmediatamente aprehensible, es la textura misma del sentido del humor inglés, corolario del clásico buen sentido inglés, que resulta en la feliz capacidad de reírse de sí mismo que tanto escasea en estas latitudes mediterráneas.» Del prólogo de José Donoso «El mundo es un espejo que refleja la imagen del observador.» William Makepeace Thackeray