«Querido Alec: Que no hayas destruido esta carta al reconocer mi letra en el sobre prueba que la curiosidad es más poderosa que el odio. O que tu odio necesita carne fresca.» Es éste el deslumbrante comienzo de La caja negra, considerada por la crítica internacional como una de las mejores novelas de Amos Oz. Alec e Ilana no se hablan desde hace siete años. El divorcio ha sido muy duro, las emociones, crueles. Él se ha mudado a Estados Unidos y se ha hecho famoso por sus estudios sobre el fanatismo; ella se ha quedado en Israel y se ha vuelto a casar con un ortodoxo. Tienen, sin embargo, un hijo en común, Boaz, que el padre ignora como ofensa a la madre. El joven es un adolescente inquieto, que ha sido expulsado del colegio por su actitud violenta. Ilana, después de largos años de silencio, escribe a Alec para pedirle ayuda;
Igual que la caja negra de los aviones contiene el registro de los accidentes aéreos, las cartas que se intercambian los personajes desvelan las razones de sus fracasos; La mujer infiel, el marido arrogante, el hijo rebelde: todos se hieren a sí mismos y a los demás en su lucha por la existencia en un país sin compasión.