La vida de Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo (1581-1635) transcurre ligada a la ciudad de Madrid. Dotado de un inusual talento para el retrato costumbrista, Salas vivirá en esa ciudad, que se nutre de la literatura tanto como la inspira y la genera, una vida bohemia sujeta a la suerte y a los favores ajenos. Como Calderón, Salas se vio involucrado en pendencias urbanas; como Lope, fue desterrado de Madrid y sufrió exilio temporal. Participó activamente en el mundo literario de su tiempo, y Cervantes le elogió en su «Viaje del Parnaso». Su novela «La hija de Celestina» ha sido considerada como parte integrante del género picaresco gracias a la creación de uno de los personajes femeninos más memorables de la novela del siglo XVII, dando lugar a una obra que atestigua la evolución natural de un género que se va complicando, haciéndose más variado e incluyendo nuevas «vidas y casos».